El arzobispo de Santiago alerta contra el terrorismo, las guerras o la economía de exclusión |
Nota de prensa del Gabinete de Comunicación del Arzobispado de Santiago de Compostela:
El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, abrió en la Catedral la Puerta de la Misericordia, inicio en la Archidiócesis del Jubileo Extraordinario de la Misericordia convocado por el papa Francisco. En su homilía, aseguró que “la puerta de la Misericordia se ha abierto para darnos la posibilidad de experimentar el amor de Dios que consuela, perdona y da esperanza”. Monseñor Barrio dijo que la alegría a la que “Dios nos invita, exige compromiso moral y social” y añadió que en medio de los problemas que presenta nuestra sociedad, los cristianos, siguiendo los consejos de Juan Bautista, han de “compartir solidariamente los propios bienes con el prójimo, practicar la justicia en la recaudación de los impuestos, ser moderados en el ejercicio del poder”. “Unha sociedade”, apuntó monseñor Barrio, “non pode ser humana sen misericordia, fonte inspiradora de xustiza social”, en línea con lo que se indicaba en su Carta Pastoral, un texto donde invitaba “a todas las entidades financieras y comerciales a hacerse cargo del costo de un día de las instituciones benéficas que cuidan de los más desprotegidos y olvidados en nuestra comunidad diocesana”. Al término de la ceremonia litúrgica se dio a conocer una obra de misericordia diocesana, a la que irán destinadas colectas especiales y esfuerzos de toda la Diócesis, dedicada especialmente a las personas sin hogar.
Una ceremonia litúrgica sencilla, y a la vez solemne, dio inicio hoy en la Archidiócesis compostelana al Jubileo Extraordinario de la Misericordia. El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, quien abrió con una llave la Puerta de la Misericordia, presidió este rito de apertura en el que participaron distintos representantes de la pastoral diocesana: voluntarios de pastoral penitenciaria, de Cáritas, de la Cocina Económica o el Albergue de San Francisco, así como personas del campo, del mar o de la cultura, de pastoral familiar y de la salud, del sector de la enseñanza o de las cofradías de Santiago.
“Iniciamos el Año Jubilar Extraordinario”, afirmó monseñor Barrio en su homilía, “cruzando el umbral de la Puerta de la Misericordia con el propósito de vivir en santidad y sentir con la Iglesia, para poder cantar eternamente las misericordias del Señor”. El arzobispo compostelano añadió que sólo Dios “proporciona esa paz que sobrepasa todo juicio, haciendo que nuestra esperanza no sea vana. Este convencimiento se manifiesta en el amor fraterno con todos, los que están cerca y los que están lejos, con unas consecuencias morales bien concretas sobre todo en el campo de la caridad y justicia”.
Dijo, además, que “mirando superficialmente nuestro mundo, no está como para alegrarnos. Nuestra sociedad afronta mil problemas: economía de la exclusión, idolatría del dinero, inequidad que genera violencia, pesimismo estéril, mundanidad espiritual, guerras, contaminación y cambio climático, deterioro y degradación social, injusticias, etc. La alegría a la que Dios nos invita, exige compromiso moral y social”.
Monseñor Barrio aseguró que en este Jubileo de la Misericordia “hay que vibrar y compadecerse con las fragilidades y miserias ajenas. Pero no basta vibrar. Hay que actuar ante la miseria bajo todas sus formas, cuya víctima es el hombre y que le impide ser feliz. No es comprensible una sociedad sin misericordia”. En línea con lo que el arzobispo indicaba hace semanas en su Carta Pastoral para este Jubileo, en donde invitaba “a todas las entidades financieras y comerciales a hacerse cargo del costo de un día de las instituciones benéficas que cuidan de los más desprotegidos y olvidados en nuestra comunidad diocesana”, en la homilía de hoy monseñor Barrio apuntó que “unha sociedade non pode ser humana sen misericordia, fonte inspiradora de xustiza social”.
Al término de la ceremonia litúrgica se dio a conocer una obra de misericordia diocesana, a la que irán destinadas colectas especiales y esfuerzos de toda la Diócesis, dedicada especialmente a las personas sin hogar. Hay que recordar que una primera concreción se está llevando a cabo ya por parte de Cáritas en el proyecto Carretas y otra con la empresa de inserción laboral “Arroupa”.
Consultar la homilía completa en: http://www.archicompostela.es/homilia-de-monsenor-barrio-en-la-apertura-de-la-puerta-de-la-misericordia
Fotografía: Gabinete de Comunicación del Arzobispado de Santiago de Compostela
El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, abrió en la Catedral la Puerta de la Misericordia, inicio en la Archidiócesis del Jubileo Extraordinario de la Misericordia convocado por el papa Francisco. En su homilía, aseguró que “la puerta de la Misericordia se ha abierto para darnos la posibilidad de experimentar el amor de Dios que consuela, perdona y da esperanza”. Monseñor Barrio dijo que la alegría a la que “Dios nos invita, exige compromiso moral y social” y añadió que en medio de los problemas que presenta nuestra sociedad, los cristianos, siguiendo los consejos de Juan Bautista, han de “compartir solidariamente los propios bienes con el prójimo, practicar la justicia en la recaudación de los impuestos, ser moderados en el ejercicio del poder”. “Unha sociedade”, apuntó monseñor Barrio, “non pode ser humana sen misericordia, fonte inspiradora de xustiza social”, en línea con lo que se indicaba en su Carta Pastoral, un texto donde invitaba “a todas las entidades financieras y comerciales a hacerse cargo del costo de un día de las instituciones benéficas que cuidan de los más desprotegidos y olvidados en nuestra comunidad diocesana”. Al término de la ceremonia litúrgica se dio a conocer una obra de misericordia diocesana, a la que irán destinadas colectas especiales y esfuerzos de toda la Diócesis, dedicada especialmente a las personas sin hogar.
Una ceremonia litúrgica sencilla, y a la vez solemne, dio inicio hoy en la Archidiócesis compostelana al Jubileo Extraordinario de la Misericordia. El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, quien abrió con una llave la Puerta de la Misericordia, presidió este rito de apertura en el que participaron distintos representantes de la pastoral diocesana: voluntarios de pastoral penitenciaria, de Cáritas, de la Cocina Económica o el Albergue de San Francisco, así como personas del campo, del mar o de la cultura, de pastoral familiar y de la salud, del sector de la enseñanza o de las cofradías de Santiago.
“Iniciamos el Año Jubilar Extraordinario”, afirmó monseñor Barrio en su homilía, “cruzando el umbral de la Puerta de la Misericordia con el propósito de vivir en santidad y sentir con la Iglesia, para poder cantar eternamente las misericordias del Señor”. El arzobispo compostelano añadió que sólo Dios “proporciona esa paz que sobrepasa todo juicio, haciendo que nuestra esperanza no sea vana. Este convencimiento se manifiesta en el amor fraterno con todos, los que están cerca y los que están lejos, con unas consecuencias morales bien concretas sobre todo en el campo de la caridad y justicia”.
Dijo, además, que “mirando superficialmente nuestro mundo, no está como para alegrarnos. Nuestra sociedad afronta mil problemas: economía de la exclusión, idolatría del dinero, inequidad que genera violencia, pesimismo estéril, mundanidad espiritual, guerras, contaminación y cambio climático, deterioro y degradación social, injusticias, etc. La alegría a la que Dios nos invita, exige compromiso moral y social”.
Monseñor Barrio aseguró que en este Jubileo de la Misericordia “hay que vibrar y compadecerse con las fragilidades y miserias ajenas. Pero no basta vibrar. Hay que actuar ante la miseria bajo todas sus formas, cuya víctima es el hombre y que le impide ser feliz. No es comprensible una sociedad sin misericordia”. En línea con lo que el arzobispo indicaba hace semanas en su Carta Pastoral para este Jubileo, en donde invitaba “a todas las entidades financieras y comerciales a hacerse cargo del costo de un día de las instituciones benéficas que cuidan de los más desprotegidos y olvidados en nuestra comunidad diocesana”, en la homilía de hoy monseñor Barrio apuntó que “unha sociedade non pode ser humana sen misericordia, fonte inspiradora de xustiza social”.
Al término de la ceremonia litúrgica se dio a conocer una obra de misericordia diocesana, a la que irán destinadas colectas especiales y esfuerzos de toda la Diócesis, dedicada especialmente a las personas sin hogar. Hay que recordar que una primera concreción se está llevando a cabo ya por parte de Cáritas en el proyecto Carretas y otra con la empresa de inserción laboral “Arroupa”.
Consultar la homilía completa en: http://www.archicompostela.es/homilia-de-monsenor-barrio-en-la-apertura-de-la-puerta-de-la-misericordia
Fotografía: Gabinete de Comunicación del Arzobispado de Santiago de Compostela
R.