Día de Galicia: el Rey pide ayuda al Apóstol Santiago para resolver la grave crisis de España y para fomentar la solidaridad entre comunidades

"Vivimos tiempos difíciles y complejos", continuó, al tiempo que resaltó que "el afán de superación, la voluntad de concordia y el compromiso de solidaridad que inspiran el Camino" son, según ha resaltado, "algunos de los referentes de carácter individual y colectivo" a los que, subrayó, no se puede ni quiere "renunciar". "Valores hoy más que nunca imprescindibles, especialmente en tiempos de crisis, para movilizar los espíritus, nutrir las mejores esperanzas y poder afrontar unidos los problemas que nos aquejan", ha manifestado El Rey. Por ello, ha pedido al patrón de España su "especial protección" en este Año Jubilar "para todos y cada uno de los hombres y mujeres" y "para el conjunto" del país "que siempre ha encontrado en ti el aliento para superar retos y dificultades y para hacer realidad sus mejores ilusiones".

Ha recordado Su Majestad que España "ha forjado en las últimas décadas una de las etapas más fecundas de su historia: la mas larga en términos de democracia y libertad, con una moderna articulación territorial, al tiempo que la más intensa en crecimiento económico y bienestar social". "Te pido que nos ayudes a conservar y mejorar día a día lo mucho que hemos conseguido, así como a promover el diálogo y el consenso, la tolerancia y el respeto mutuo, el amor, la justicia y la equidad para reforzar los pilares de nuestra convivencia en libertad en torno a las reglas y principios que nos hemos querido dar", ha señalado don Juan Carlos.

La crisis, que ha estado muy presente en Ofrenda Nacional realizada por el monarca, centró alguno de sus ruegos al Apóstol, haciendo referencia a las "tan duras consecuencias para millones de personas y familias, particularmente para los jóvenes". "Ilumina por ello a nuestra autoridades y responsables políticos, económicos y sociales para que sirvan con generosidad al interés general y favorezcan siempre la cohesión y el entendimiento entre todos, atendiendo con eficacia a los problemas de nuestros ciudadanos", ha demandado.

También ha aludido al terrorismo, frente a lo que solicitó ayuda al santo para "erradicar el odio, la violencia y la sinrazón de la barbarie terrorista", cuyas víctimas y familiares "merecen todo el respaldo", ha añadido. Asimismo, ha insistido en pedir que aleje "los egoísmos e intransigencias" y ampare "a los que menos tienen, a los que sufren, a los enfermos, a los marginados y a los excluidos sociales".

Don Juan Carlos ha apelado, además, a la unidad de los españoles y ha pedido al Apóstol Santiago que "fomente lo que une y hace más fuertes" a los ciudadanos. "Te pido que fomentes todo aquello que nos une y nos hace más fuertes, que ensancha el afecto entre nuestros ciudadanos, que asegura la solidaridad entre nuestras comunidades autónomas y que hace de España la gran familia unida, al tiempo que diversa y plural", ha resaltado Su Majestad. "No es tiempo de desánimo, sino de mucho trabajo y dedicación; tiempo de rigor y de grandes valores éticos para reemprender juntos, con solidez y planteamientos integradores el camino de progreso, empleo y mayor bienestar", ha destacado. De este modo, ha recalcado que "es hora de redoblar esfuerzos" animados "por la confianza y la esperanza" que los españoles "deben tener en una España que en los últimos decenios ha sabido sobreponerse a las dificultades" y apeló a "resolver los problemas con la entrega de todos y en el marco de la Constitución".

El monarca ha tenido en su intervención un recuerdo para el "viejo continente", asegurando que "Europa necesita cada vez estar más integrada para hacer valer su voz en esta era de la globalización". A continuación ha hecho alusión a Iberoamérica, "así como al mundo entero" que, afirmó, "necesitan" del "resguardo" del Apóstol para "que prevalezcan los motivos de alegría y esperanza sobre el dolor y desesperación". "Para que la paz y la libertad, la justicia y la prosperidad lleguen a todos los confines del planeta". Ha pedido el monarca también que la guerra, el terrorismo, la opresión, el hambre, la discriminacoón y la violación de los derechos humanos "sean proscritos de la faz de la tierra". Finalmente, ha demando ayuda al santo para "preservar el entorno natural único e irrepetible" pensando "en el presente y en las generaciones venideras".

Tras demandar al patrón de España que haga "portadores de paz, concordia y bienestar" a los peregrinos, El Rey tuvo un recuerdo para Su Santidad el Papa Bendicto XVI, "a quien acogerá el próximo mes de noviembre esta ciudad maravillosa". Acabó la ofrenda, haciendo referencia a Galicia en lengua gallega, para pedir por los gallegos que "al invocarte encuentran en ti el reflejo de sus mejores cualidades, el mejor respaldo a su amor por esta tierra y el orgullo de que quisieras ser su patrón y de todos los demás españoles". "Termino acogiéndome a tu favor para que, más allá de este Año Santo, sigas intercediendo por nuestra patria, por los españoles y por cuantos conviven con nosotros, con el especial afecto que has sabido demostrarnos a lo largos de los siglos y que estoy seguro seguirás volcando sobre todos", ha concluido.

Barrio pide que los gobernantes busquen "la renovación ética y moral" de la sociedad

El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, ha abogado en su homilía en la Ofrenda Nacional al Apóstol por los gobernantes para que "tengan la fortaleza, generosidad y constancia" en la "búsqueda del bien común y de la renovación ética y moral" de la sociedad. "Acojo vuestra ofrenda nacional, majestad, -dijo al Rey don Juan Carlos-, encomendado la intersección del Apóstol Santiago, a todos los pueblos de España, de Iberoamérica y, de modo especial, al pueblo gallego para que mantengamos una convivencia solidaria no olvidando nuestras raíces", ha resaltado el arzobispo. Además, ha resaltado que "no hay lugar para el conflicto entre la ley divina y la libertad humana" y ha subrayado que "el respeto por la dignidad de la persona" debe ser "la norma inspiradora de todo auténtico progreso social, económico, cultural y científico".

En respuesta a la Ofrenda al Apóstol realizada por el Rey don Juan Carlos, monseñor Julián Barrio ha recordado los "dos milenios de historia de la Iglesia" para indicar que "nunca han faltado las pruebas a los cristianos" y señalar que "el peligro más grave" que afecta a la institución y el "mayor daño" que sufre procede "de lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de sus comunidades". En todo caso, ha apelado a que cuando "el pesimismo" invade, no se deben "ignorar los imperativos de la fe" y ha aprovechado para dar "gracias a Dios con alegría" por la "pronta recuperación" de Su Majestad El Rey. Asimismo, hizo referencia a que los desafíos de esta época "están ciertamente por encima de las capacidades humanas". "Lo están los desafíos históricos y sociales, y con mayor razón los espirituales", expuso el arzobispo. Al respecto, ha asegurado que con Cristo pueden afrontarse los desafíos, "animando una profunda renovación cultural cristiana y recuperando los valores esenciales como la austeridad, el esfuerzo y la solidaridad, sin olvidar la caridad" con el fin de "ofrecer a todos la esperanza de un mañana mejor y digno del hombre, sobre todo en estos momentos no fáciles como decía Su Majestad".

También en la homilía de respuesta al monarca, Barrio ha resalto que "evadir la búsqueda de sentido de la vida o resignarse a una falta de esperanza, empobrece la calidad de vida para uno mismo y los demás". En esta línea, ha insistido en que "el hombre es un peregrino abierto a lo trascendente" y ha subrayado que "el católico considera siempre posible el diálogo y la colaboración, incluso en las situaciones más difíciles". "Si pensamos en los dos milenios de historia de la Iglesia, acaba de decirnos el Papa, podemos observar que nunca han faltado las pruebas a los cristianos, que en algunos periodos y lugares han asumido el carácter de verdaderas y auténticas persecuciones", ha comentado el arzobispo compostelano, que ha presidido la misa, en la que ha contado con 31 concelebrantes, entre ellos el cardenal obispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y al final de la cual los tiraboleiros hicieron volar el 'botafumeiro' -el tradicional y gran incensario- que se eleva hasta cerca de los techos de la Catedral.

Sin embargo, monseñor Barrio ha recalcado que "el peligro más grave para la Iglesia" no son éstas, sino que "el mayor daño lo padece de lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de sus comunidades". También ha manifestado que el cristiano "ha de interpretar su vida en clave de servicio" y ha expresado que "el individualismo infiltrado en la conducta y relaciones sociales, inspira con frecuencia actitudes de vida insolidarias". Ha señalado en su homilía que cuando "invade el pesimismo" y "se siente la tentación de abdicar de las responsabilidades terrenas" no se pueden "ignorar los imperativos de la fe". "El esfuerzo por reducir el mal ha de ser persistente, sabiendo que la oferta del Evangelio es un camino humanizador de porvenir", ha sentenciado.

En la parte expresada en lengua gallega, como hizo el monarca en su Ofrenda Nacional, Julián Barrio ha remarcado que la Iglesia "no desatiende las tareas humanas". "Por su misma misión espiritual, mueve a todos los hombres a que tomen conciencia de la raíz de donde provienen los males y urge que pongan remedio a las injusticias y a las deplorables condiciones en las que viven muchas personas", ha concluido.

Los actos de la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago han arrancado con la llegada de los Reyes de España a la Praza do Obradoiro, donde fueron recibidos por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y por el ministro de Fomento, José Blanco, entre otros, y Don Juan Carlos ha pasado revista a las tropas. Las autoridades han tomado posición en la plaza compostelana, mientras que las tropas y la banda de música formó filas y entonó el Himno de España para recibir a los Reyes, que llegaron poco después de las 10.15 horas. Los monarcas saludaron en primer lugar al presidente de la Xunta, al ministro de Fomento, que acude en representación del Gobierno central, y a la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, y después pasaron revista a la compañía, acompañados por el jefe de la Fuerza Logística Operativa, Juan Enrique Aparicio.

En medio de un amplio cordón de seguridad, en torno a 2.000 personas pudieron seguir estos actos desde la Praza do Obradoiro, donde fue acotada una pequeña zona para que devotos y curiosos que no pudieron acceder a la Catedral pudiesen ver el arranque de los actos de la Ofrenda Nacional al Apóstol. Posteriormente, y tras saludar a la comitiva civil, formada por los gobiernos autonómico y local y los máximos representantes en Galicia de la Guardia Civil y la Policía Nacional, la comitiva civil y la eclesiástica entró en procesión en la Catedral para asistir a la eucaristía, en la que el Rey realizará la Ofrenda Nacional al Apóstol.

En procesión, los Reyes accedieron a la Catedral, como es tradicional, por el lado derecho de las escaleras de la fachada principal del templo. Sutilmente, la Reina, que lleva mantilla negra, ayudaba con su mano derecha al Rey, vestido con chaqué, a subir los varios escalones que hay hasta la cima y cogía cariñosamente al monarca por su brazo izquierdo. En medio del sonido de las campanas que se entremezclaba con el himno al Apóstol, por detrás de los monarcas accedieron a la Catedral el resto de la comitiva civil, conformada, entre otros, por el presidente de la Xunta y el ministro de Fomento, quienes tuvieron la oportunidad de departir en varios momentos del acto.
También asisten, entre otras autoridades también el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro; el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; miembros del Gobierno gallego como el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda; el de Medio Rural, Samuel Juárez; o la de Traballo, Beatriz Mato; y el ex presidente de la Xunta Xerardo Fernández Albor.

En 2004, coincidiendo con la celebración del Año Santo Compostelano, fue la última vez que los Reyes de España estuvieron el 25 de julio en la capital gallega para realizar en la Catedral la Ofrenda Nacional al Apóstol. En esa ocasión, como ya lo había hecho también en el Año Santo de 1999, fue el propio Rey quien había pedido al Santo por todos los españoles y su invocación fue respondida por el arzobispo compostelano, Julián Barrio. Al año siguiente, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; en 2006 el entonces presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; en 2007 la entonces presidenta del Parlamento, Dolores Villarino; y en 2008, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, fueron los encargados de ejercer como delegados regios desde entonces. La Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago es una ceremonia que fue instituida en 1643 por Felipe IV y a lo largo de los años se mantuvo la tradición de que reyes, jefes de Estado o personalidades con las más altas responsabilidades invocaran al Patrón de las Españas los beneficios divinos para las tareas humanas.

Una vez finalizada la liturgia, en la que participan monseñor Julián Barrio y 14 obispos más como Carlos Amigo y Antonio María Rouco Varela, se puso en funcionamiento el botafumeiro, para a continuación concluir con la bendición del arzobispo, con lo que diolugar el tradicional abrazo al Apóstol Santiago del monarca. Concluida toda la ceremonia eclesiástica, la comitiva civil se trasladó, junto a los monarcas, al Pazo de Raxoi, donde se ofreció una recepción con unos vinos y después Don Juan Carlos y Doña Sofía abandonaron la capital gallega, a la cual llegaron el sábado 24 de julio por la tarde para poder contemplar, como miles de personas, el espectáculo de luz y sonido que acompaña a los tradicionales fuegos artificiales.

El Ayuntamiento de Santiago obsequia a Los Reyes con una edición de la moneda Xacobeo 2010 y una 'pulsera peregrina'

El Ayuntamiento de Santiago ha obsequiado a Sus Majestades Los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía con una edición de las monedas conmemorativas del Xacobeo 2010 y de una 'pulsera peregrina'. Los monarcas han recibido estos regalos durante la recepción institucional a la que acudieron en el Pazo de Raxoi, tras realizar El Rey la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago y saludar a los cientos de personas que se concentraron en la Praza do Obradoiro para verle.

Tras firmar en el Libro de Oro, como es tradición, el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, ha obsequiado a don Juan Carlos con la colección de monedas conmemorativa del Xacobeo 1010, elaborada en plata de ley. A Su Majestad La Reina se le obsequió con una 'pulsera peregrina', una joya que se puede personalizar, ya que cada pieza representa un lugar, un elemento y una virtud del Camino.

El Cabildo de la Catedral y el ex conselleiro Vázquez Portomeñe, Medallas de Galicia 2010

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha erigido el Xacobeo "en la gran obra de la Galicia moderna", con la bandera de la "fértil colaboración" de los ámbitos civil y eclesiástico en la comunidad, "encarnada" por el Cabildo de la Catedral de Santiago y el ex conselleiro y ex senador del PP Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, receptores de las medallas de Galicia.

"Del mismo modo que la Catedral fue un monumento del entendimiento de los gallegos, el Xacobeo supone un revulsivo para toda nuestra sociedad, que se une para propiciar un triunfo indiscutible", ha proclamado Feijóo, tras hacer entrega de la máxima condecoración que otorga el Gobierno gallego a los dos galardonados, por la labor desempeñada a favor del Año Santo y del Xacobeo.

Con especial atención "a la colaboración" entre civiles y eclesiásticos, ha enfatizado que el Cabildo y Vázquez Portomeñe "encarnan" el espíritu de esa Galicia "que agrupa, que acuerda, que armoniza y fusiona voluntades". Ambos, ha insistido, "demuestran lo que se puede hacer juntos". "Las nuevas instituciones nacidas de la Constitución y del Estatuto unen su iniciativa a una Iglesia que articula nuestro país y acompaña la andadura histórica de nuestra gente desde tiempos bien remotos", ha sentenciado.

Es entonces, ha continuado Feijóo, cuando la sociedad ve "ese ejemplo" de colaboración y reacciona "con un entusiasmo" que hace posible que Galicia entera participe "de la gran empresa jacobea". "Iglesia, autonomía y pueblo levantan un nuevo monumento hecho con la misma materia prima que nuestra catedral: la unidad", ha resaltado.
Al tiempo, el máximo mandatario autonómico se ha mostrado convencido de que el peregrino que se acerca a Galicia puede sentir como "ese espíritu catedralicio" que hizo posible "la eterna morada" del Apóstol Santiago "está en nuestros días esparcido por todo el país.

Después de elogiar a los dos "exponentes" del Xacobeo, Feijóo se ha referido al Camino y a los valores que representa, en referencia "a la solidaridad, la riqueza de la tolerancia y la fuerza de la cooperación", tres "guías" -dijo- para las "peregrinas" Galicia, España y Europa, "que están hoy en una encrucijada difícil". También son, ha continuado, "la mejor expresión de un viejo hogar europeo, que sus hijos supieron hacer más grande". No en vano, ha señalado que "la inmensa corriente humana" que hace del Camino la "arteria principal del europeísmo, vio y ve" en Galicia "un pueblo especialmente dotado para ser el anfitrión de la nueva Europa".

"Europa se funda en Galicia", ha proclamado, tras situar a la comunidad como "el gran catalizador de un sentimiento europeísta", un país "libre" conformado por hombres y mujeres "que comparten un proyecto ilusionante". "Ser gallego no es simplemente estar en Galicia, sino compartir valores", ha reivindicado. Feijóo ha identificado la Catedral "como la obra de todo un pueblo" y ha concluido que Galicia es una comunidad "que llega vigorosa" al siglo XXI, antes de citar al poeta Curros Enríquez para hacer un llamamiento y proclamar que, como él, todos los compatriotas gallegos han sabido siempre que "en la unión de los buenos gallegos está de la patria el porvenir".

Antes de la intervención de Núñez Feijóo, los artífices del "doble éxito" que -en palabras del propio presidente ha supuesto el Xacobeo- recogieron sus distinciones: el deán del Cabildo de la Catedral compostelana, José María Díaz Fernández, y Víctor Manuel Vázquez Portomeñe. El primero empezó su discurso disculpándose por no hablar un "gallego culto" sino el que aprendió en su Mondoñedo natal. "El que me hablaron y el que habló Alvaro Cunqueiro", ha recordado, antes de agradecer su gesto al Consello de la Xunta y de señalar que la medalla, en este caso, "no colgará del cuello del deán" sino que se permanecerá en la sala capitular del Cabildo para quienes la visiten.
En su intervención, Díaz Fernández también ha tenido palabras para la Iglesia Católica, convencido de que debe "mirar para atrás" no para "extasiarse", sino para "encararse de un modo certero al futuro". Para despedirse, el deán recurrió a un símil con el "incienso, mira y oro" de los Reyes Magos y la medalla recibida. "Que el oro que se da con tanto amor, aumente el amor de nuestros corazones", ha concluido.

Vázquez Portomeñe ha rechazado la falsa humildad o la soberbia en una circunstancia "emotiva, solemne e irrepetible" como la de este domingo y ha optado por la actitud de Virgilio, quien dijo que "mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe perdurar la memoria del premio recibido en la memoria del hombre agradecido". Su discurso, en el que ha agradecido la mención a la Xunta, no han faltado palabras de reconocimiento para el "leal y creativo equipo" que hizo posible el Plan Xacobeo del año 1993, marcado por "muchos retos", ha recordado, pero sobre todo por la "promoción" de Galicia. Este reconocimiento lo ha trasladado a la Iglesia y quienes han dado una dimensión cultural al Xacobeo -como el profesor y presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares Paz-, permitiendo que éste "haya ayudado a Galicia a situarse en el mapa de Europa". Sobre su medalla, dijo, "conmigo irá siempre porque en el corazón la llevaré".

El acto, que ha acogido el Palacio de Exposiciones y Congresos de la capital gallega, ha contado con una nutrida representación de toda la sociedad autonómica. La presidencia la ha ostentado Núñez Feijóo, acompañado por el delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro; la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo; el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, y el alcalde de Santiago de Compostela, Xosé Sánchez Bugallo.
El encargado de dar el pistoletazo de salida fue, precisamente, Alfonso Rueda, al dar lectura al decreto en el que el Consello otorga las medallas. Previamente, varios vídeos repasaron actos y reconocimientos de anteriores ediciones. Tras la recogida de los galardones y la intervención del presidente, actuaron Cristina Pato y Rosa Cedrón. El broche de oro lo puso el Himno de Galicia, a cargo de un grupo de la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense.

A la hora de otorgar las medallas, la Xunta ha resaltado la intención de reconocer "la tarea de construir uno de los grandes éxitos como país de Galicia, el Xacobeo", por parte del Cabildo y de Vázquez Portomeñe. La intención es, ha explicado, reconocer "la fructífera colaboración" entre los ámbitos civiles y eclesiásticos que "contribuyen día a día a la mejora del Xacobeo, especialmente en este Año Santo 2010". La Xunta argumenta la concesión del galardón al Cabildo Catedralicio por el trabajo desempeñado por la Iglesia "en la difusión y guardia del Año Santo compostelano" y subraya que, precisamente, está a punto de cumplirse, el próximo año, el octavo centenario de la consagración de la Catedral de Santiago. Sobre la medalla a Vázquez Portomeñe, que fue conselleiro de Educación y Cultura, hace hincapié en que simboliza el trabajo de la sociedad civil en la construcción del Xacobeo, "consiguiendo ampliar una realidad espiritual y religiosa y otra cultural y económica". Precisamente, siendo conselleiro Vázquez Portomeñe (Taboada-Lugo-, 1934) se organizó en 1993 el primer Xacobeo y fue uno de los impulsores del plan integral de rehabilitación física, cultural y económica del Camino de Santiago, que había sido aprobado en 1991 por unanimidad en el Parlamento autonómico.

Fuegos del 24 de julio

Los Fuegos del Apóstol del Año Santo colorearon el cielo de Compostela ante la mirada de miles de personas que abarrotaron la plaza do Obradoiro, donde el espectáculo diseñado por Vicente Caballer y Rafael García Barat dio comienzo con una oscuridad misteriosa para acto seguido, al ritmo de la música, proyectar sobre la fachada de la Catedral luces y colores, iniciándose así un viaje a través de la leyenda del Apóstol, la tradición jacobea y el Camino. Diferentes símbolos llevaron al público a la historia de la Ruta a través de las estrellas, con esculturas y pinturas, en su parte más mística, para dar paso a la música y al instante más emocionante, la quema de la fachada, en un momento perfecto para echar la vista atrás y disfrutar con cada uno de los recuerdos que Santiago esconde en su historia.

R.