Se inicia esta primera etapa en la plaza de la Catedral de Oviedo y termina en el albergue de peregrinos de San Juan de Villapañada (20,9 km). En la mitad de la etapa se encuentra el albergue de El Escamplero.
Recorremos, pues, los 343 kilómetros del Camino Primitivo desde la ciudad de Oviedo a Compostela.
A este Camino Primitivo no le faltaron hospitales, milladoiros, fuentes santas o capillas, y si duro resulta algún tramo del Camino Francés para hacer todavía más meritorio su recorrido, duro es el Camino Primitivo, que recorre la difícil geografía montañosa entre Galicia y Asturias, y requirió la construcción de numerosos hospitales establecidos en su recorrido para la atención de los peregrinos, siempre necesitados de ayuda. Y obtuvo apoyo constante de los diversos Reyes, que fomentaron las peregrinaciones por esta ruta, consolidando la relación entre la corte de Oviedo y Compostela.
En Oviedo, está el Arca Santa, que se guarda en la capilla de San Miguel o Cámara Santa, allí depositada por el Rey Alfonso II.
Quiere la tradición que este arca de las Reliquias estuviese en la corte de Toledo, después de recorrer el norte de África, buscando seguridad para su contenido. Escondida en el Monsacro, cerca de Oviedo, el Rey la depositó en la basílica de El Salvador. Cuando se abre en 1075, en presencia del Rey Alfonso, aumenta la difusión en todo el mundo cristiano, y los peregrinos llegan cada vez en mayor número para su veneración.
Partimos de Oviedo, que fue llamada “ciudad relicario” por su papel de custodio de las sagradas reliquias.
Desde la Catedral, que alberga el Museo de la Iglesia de Asturias, se sale por la plaza de la Catedral o de Alfonso II el Casto. Pasamos por la calle de San Juan, y por el lugar por el que se salía del recinto amurallado, la puerta de Socastiello.
Ya extramuros del viejo recinto, se llega -Calle de la Luna- a la plaza de Santa Clara, con convento de MM. Clarisas, de mediados del siglo XIII. La cruz situada frente al convento señalaba el comienzo de la zona rural .
Se sigue por las calles de Covadonga y Melquíades Álvarez donde está el moderno templo de San Juan, de comienzos del siglo XX, que albergó la parroquia nacida en el viejo hospital de este mismo nombre.
Luego, calles Independencia, Teniente Coronel Teijeiro, La Argañosa… Aquí hubo un acueducto (Los pilares) de 41 arcos y 400 metros de largo, que desde 1568 hasta finales del siglo XIX trajo a la ciudad las aguas del Naranco.
Quedan no lejos los monumentos ramirenses de Santa María y San Miguel de Lillo, ejemplos perfectos del arte prerrománico.
DESDE OVIEDO
El primer núcleo habitado que encontramos en nuestro camino es San Lázaro de Paniceres, con malatería que ya se menciona en un documento de 1331, prueba de atención a los peregrinos enfermos.
En la aldea de Llampaxuga, hay que llegar hasta la ermita del Carmen.
Seguimos las laderas del Naranco, entre el monte y el valle, con cumbres impresionantes que vigilan nuestro camino.
Después de Lloriana y Fabarín, río Nora con el medieval Puente de Gallegos, que evidencia la dirección hacia donde vamos.
Del Concejo de Oviedo pasamos al de Las Regueras y comenzamos a subir el Alto del Escamplero. En lo alto estuvo el Hospital del mismo nombre, que se supone del siglo XIV, continuador del Monasterio de San Martín que se menciona en un documento de finales del siglo XI.
Luego de Taraniello, Valsera, La Rabaza y Picarín, se baja al valle del río Nalón, para cruzarlo por el histórico puente de Peñaflor, donde hubo otro hospital de peregrinos fundado por Alfonso VII en 1144. En la iglesia parroquial de Peñaflor se conservan restos del antiguo templo románico.
Aquí hubo fortísimos combates entre franceses y españoles durante la Guerra de la Independencia, luchando por la posesión de este valioso paso natural entre Asturias y la zona occidental de la Península.
En Premoño hubo un hospital de peregrinos hasta el siglo XVIII. Se conserva su capilla y la casa que lo albergó, conocida como la “Casona de la Portalada”.
GRADO
Fue el Rey Alfonso X quien otorgó la carta fundacional de la villa de Grado, hacia mediados del siglo XIII, y quien ejercía la tenencia de su alfoz en 1256.
Nacida alrededor del Camino a Compostela, conserva la estructura del burgo medieval. Su muralla pervivió hasta el siglo XIX, teniendo una muy importante vida política y comercial.
Hubo aquí un hospital de peregrinos de Nuestra Señora de las Candelas. Se sabe de su existencia en la segunda mitad del siglo XVII.
El Pazo de Valdecazana (del XVIII) es, en la actualidad, la Casa de la Cultura. Hay que visitar la capilla barroca de los Dolores, también del siglo XVIII.
Asimismo, hay memoria de que -ya fuera de Grado- en el lugar de San Juan de Villapañada hubo un hospital de la orden de San Juan de Jerusalén para la atención de los peregrinos. En la actualidad hay un nuevo albergue.